Durante la creación de Tacoma, seguíamos retomando el tema central: ¿Qué es “artificial”? En un mundo de simulaciones, interactuar con lo “real” se vuelve la excepción, no la regla. Estoy escribiendo desde un teclado real, pero esto se traduce en información que se visualiza como luz en una pantalla –las teclas y mis dedos son reales, pero el resultado de que mis dedos toquen estas teclas no es más “real” que un pensamiento o una ilusión ¿Dónde existen esas letras y palabras? ¿En la pantalla? ¿En todas las pantallas? ¿Cuántos servidores las contienen y cuántos ojos las pueden ver?
Por irreal que parezca, su efecto y presencia son reales; su existencia hace que tu cerebro piense sobre las palabras que estás leyendo ahora mismo. En un mundo donde muchas de nuestras experiencias son digitales, efímeras y mediadas, en nuestras vidas ¿lo abstracto o simulado es menos real que lo físico, lo práctico o lo literal?
Ahora entonces, una conciencia capaz de pensar, razonar, tener empatía, ¿es menos real que una mente humana, incluso si es “artificial”? Una inteligencia sin un cuerpo, una perspectiva sin ojos, una presencia tangible sin un corazón latiente. ¿Cuántas personas conoces en línea que nunca has visto ni tocado en realidad, pero que para ti no son menos “reales” de lo que son tus amigos o familia con los que has pasado tantas horas cara a cara? Su presencia, su impacto sobre quién eres, puede ser tan real como cualquier otro.
En un futuro donde la inteligencia artificial invade cualquier lugar al que vamos y cualquiera de los sistemas sociales en que vivimos, ¿estas conciencias no naturales son menos reales o significativas para nosotros que las personas que conocemos? En el futuro, la realidad aumentada se sobrepone a nuestra visión de manera constante, mostrándonos el mundo a través de un lente de información digital, proyecciones en 3D, e interfaces sobrepuestas; ¿es acaso esa percepción mediada del mundo, esa información artificial que vemos directamente en nuestra visión, menos real que las experiencias reales que vivimos?
El año 2088 se encuentra lejano, pero no por mucho. Al abordar la Estación de Transferencia Lunar Tacoma, entrarás a un mundo artificial, pero esa simulación crea una nueva realidad. Prepárate para experimentar una vida donde la inteligencia artificial y la realidad aumentada definen nuestro día a día; donde las suposiciones y expectativas de la gente sobre la manera en la que los universos físicos y digitales se mezclan y se vuelven inextricables definiendo la percepción de su mundo. Y en ese mundo donde las fronteras se vuelven borrosas y los límites cambian, ¿en quién o en qué confías?
Descubre el mundo de 2088 por ti mismo en Tacoma, disponible ahora en Xbox One, y próximamente en Windows 10 como un título de Xbox Play Anywhere.