E3 2018: Lo único a lo que debemos temer es a Lara Croft en el asombroso Shadow of the Tomb Raider
Renacida en el parteaguas de Tomb Raider 2012 y reinventada tres años después en Raise of the Tomb Raider, Lara Croft está finalmente lista para convertirse en leyenda.
Shadow of the Tomb Raider, que se lanzará el 14 de septiembre en Xbox One, nos lleva una vez más a vivir incomparables aventuras al lado de esta célebre arqueóloga mientras se escabulle sigilosamente de las amenazas, cuelga de acantilados y se abre camino a disparos por las junglas de Perú en un esfuerzo por ser más lista que la nefasta organización paramilitar Trinity —y posiblemente, salvar el mundo.
Para nuestra suerte, Lara ha mejorado mucho desde la última vez que la vimos. Ahora es un depredador sin par que usa sus habilidades para cazar a los miembros de Trinity, buscar recursos y herramientas de supervivencia y, por supuesto, explorar antiguas tumbas. Sin embargo, éste no es un simple paseo por la jungla.
Shadow of the Tomb Raider pone a prueba la naturaleza misma de esta franquicia al mostrarles a los jugadores las terribles ramificaciones de las acciones de Lara. ¿Es realmente una heroína?, ¿o se trata simplemente de una obsesionada saqueadora que provoca daños irreparables a las antiguas culturas que tanto juró proteger? En un demo de 30 minutos durante el evento E3, conocimos el lado más terrorífico del nuevo poder de Lara, así como el gran precio que tiene que pagar por usarlo irresponsablemente.
El demo nos llevó al acogedor pueblo de Cozumel, México, en donde teníamos que rastrear a Domínguez, un miembro importante de Trinity, a través de las calles durante la fiesta del Día de Muertos. Shadow of the Tomb Raider tiene un nuevo diseño de iluminación y un sistema de animaciones deslumbrantes que le dieron vida a la colorida multitud del desfile antes de cambiar por un tono sombrío y amenazante cuando el rastro de Domínguez nos llevó hasta la jungla.
Tras liberar a unos científicos locales de las garras de un centinela de Trinity (mediante el viejo truco de lanzarle una flecha a la cara), hicimos eso que es tan típico de esta serie: escalamos por barrancos y acantilados cientos de metros sobre el nivel del mar. Usamos el hacha de alpinismo de Lara para saltar —precariamente— de una saliente a otra y aprendimos un truco nuevo: descender a rápel. Lara puede bajar por paredes de piedra una vez que fija un punto de apoyo y, así, alcanzar nuevas plataformas. Shadow of the Tomb Raider lleva a la franquicia a nuevas alturas respecto de ese famoso sentido de verticalidad.
Encontramos otros peligros al acecho —típicos del juego— conforme nos adentrábamos en una antigua ruina. Shadow of the Tomb Raider promete extensas exploraciones subacuáticas más profundas que nunca, lo que obligará a los jugadores a aguantar la respiración y nadar por estrechos pasajes buscando las cruciales burbujas de aire para respirar. Y eso fue exactamente lo que hicimos —además de luchar contra una agresiva morena de mar— para lograr salir por un angosto espacio entre las piedras al corazón de las ruinas.
En seguida tuvimos que resolver un acertijo al más clásico estilo de Tomb Raider. Avanzamos por pasajes y puentes que se desmoronaban bajo nuestros pies, sujetándonos de pequeñas salientes al último instante, y descendimos vertiginosamente por pasadizos verticales. Al final, pasamos frente a un mural con una imagen de Kukulkán, la deidad maya de la creación y la destrucción. Luego de unos cuantos acertijos más logramos obtener el premio mayor: una invaluable daga ornamental.
En cuanto pusimos las manos en ella, el templo entero empezó a colapsar. Logramos escapar de las ruinas sólo para encontrarnos de frente con las fuerzas de Trinity. Sin embargo ellos no sabían que ahora podíamos escondernos en la densa vegetación para emboscarlos con el filo de nuestra daga, uno por uno. Cuando las cosas empezaron a fallar, les disparamos a las luces y fuimos derribando a los malos de uno en uno bajo el velo de las tinieblas. Pero cuando ESO falló también, tuvimos que recurrir a la sofisticada táctica de simplemente dispararles a todos, y Lara demostró que era lo suficientemente ágil para encargarse de media docena de enemigos fuertemente armados.
Domínguez, al final, le puso un alto a nuestra racha asesina, y las cosas tuvieron un giro heroico. La daga era lo único que evitaba el advenimiento del apocalipsis y, al tomarla, Lara desencadenó una serie de eventos que pondrían en riesgo la vida de cientos de personas inocentes. Esto se hizo más que evidente cuando, justo antes de perder la daga en manos de Dominguez, nos vimos arrastrados por una inundación de proporciones épicas por todo Cozumel.
Era momento de escapar al puro estilo Tomb Raider: sujetarnos de ramas, saltar de un pedazo de escombro flotante a otro, aferrarnos desesperadamente a postes y tuberías mientras la ciudad desaparecía bajo las furiosas aguas. Inevitablemente caímos y tuvimos que evitar los proyectiles subacuáticos de concreto y metal que eran arrastrados por la corriente, pero milagrosamente pudimos salir del agua. Detrás de Lara, la ciudad demolida era una vorágine de fuego. Desolada y aterrorizada por el horror que ella había provocado, Lara cayó de rodillas mirando el terrible espectáculo.
De acuerdo con los desarrolladores, el conflicto interno de Lara va a ser un elemento clave para contar la historia de Shadow of the Tomb Raider. ¿Podrá dominar sus emociones igual de fácil que supera el dolor físico inherente a su riesgosa profesión? Tendremos que ayudarle a superar sus incontables demonios cuando finalmente salga Shadow of the Tomb Raider este año.