Assassin’s Creed Mirage ya está disponible y el Director Creativo nos habló de cómo rindiedon homenaje a la icónica franquicia con un regreso a sus raíces

Assassin’s Creed Mirage ya está disponible para Xbox One y Xbox Series X|S (Argentina, Chile, Colombia, México), y en él podrás explorar el Bagdad del siglo IX en la piel de Basim Ibn Ishaq, un joven ladrón callejero que se convierte en un maestro Assassin. Como miembro de los Ocultos (que con el tiempo se conocerán como los Asesinos), Basim partirá de las Oficinas secretas de la ciudad para investigar actividades turbias y seguir pistas cada vez más peligrosas, para acabar enfrentándose a grandes misiones de asesinato de Caja Negra abiertas que desafían a los jugadores a usar sus habilidades y su entorno para identificar, localizar y abatir objetivos.

Es un enfoque que recuerda a la estructura del primer Assassin’s Creed, por lo que Assassin’s Creed Mirage es, en muchos sentidos, un regreso deliberado a las raíces de la serie. Además de devolver la historia al Medio Oriente y permitir a los jugadores encarnar a un iniciado en los Ocultos, Assassin’s Creed Mirage toma conceptos y herramientas de los primeros juegos de la serie y los revitaliza con sensibilidades de juego modernas y mayor profundidad. Por ejemplo, Basim puede desbloquear armas conocidas, como trampas explosivas y armas de ruido, cerbatanas y cuchillos arrojadizos, que ahora pueden personalizarse con una selección de potenciadores como veneno y daño adicional. Assassin’s Creed Mirage también pone un gran énfasis en el sigilo; aunque Basim es hábil con su espada y daga, los grupos de enemigos pueden abrumarle rápidamente, lo que significa que la lucha debe ser su último recurso en caso de que esconderse y huir fallen.

Para saber más sobre cómo se desarrolló el enfoque de Assassin’s Creed Mirage, hablamos con el director creativo Stéphane Boudon sobre la revitalización de las raíces de la serie, las sensaciones que el equipo quería que evocara el juego y las ventajas de una buena investigación.

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Assassin’s Creed Mirage se ha presentado como un regreso a los orígenes de la serie, cerrando el círculo antes de que la serie se embarque en algo nuevo. ¿Cómo tomó forma esa idea? ¿Cuál era la visión inicial del juego y cómo cambió su alcance a lo largo del desarrollo?

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Assassin’s Creed Mirage empezó como un DLC de Assassin’s Creed Valhalla durante unas semanas. Tras un primer lanzamiento, nos alegró ver que la recepción fue estupenda, y decidimos pasar a un juego independiente. De aquel primer lanzamiento solo se mantienen los pilares principales del juego: Convertirse en un Assassin, la ciudad inmersiva y el viaje impactante. Pero la localización, el personaje principal, el contexto histórico global y el primer borrador del argumento se han modificado.

Durante este cambio, empezamos a fijarnos más en Bagdad y rápidamente establecimos conexiones con el pasado de Basim. Entonces empezaron a encajar las piezas: El contexto histórico y sus numerosas figuras históricas abarcaban un periodo de agitación, en el que la anarquía de Samarra anunciaba la rebelión del Zanj. Era el material perfecto para construir el momento crucial que necesitábamos para llevar el conflicto a un nivel alto.

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¿Decidieron regresar a las raíces de la serie en parte para responder a las peticiones de los fans de una experiencia más cercana a los primeros juegos?

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En parte, sí; éramos conscientes de que una parte de nuestra comunidad pedía un ámbito más condensado, y con la fantasía Assassin en mente, muchos de los miembros del equipo de desarrollo opinabamos igual. Pero también queríamos preparar algo especial para el 15º aniversario de la franquicia: una oda a los primeros juegos de Assassin’s Creed.

Por supuesto, en Ubisoft Bordeaux encajábamos a la perfección, tanto por su alcance como por su capacidad de producción. Fue una oportunidad única para un estudio relativamente nuevo. 

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¿Cómo decidieron qué elementos incluir? Por ejemplo, Mirage recupera los carteles de “se busca” para que los jugadores los arranquen, escuchar a escondidas desde escondrijos cercanos y las trampas explosivas, por nombrar algunos. ¿Cómo decidieron qué elementos se incluían? ¿Había que modernizarlos o adaptarlos al nuevo público?

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En realidad no trabajamos así; de hecho, nunca tuvimos una lista de características que traer de vuelta. Sólo trabajábamos con una fuerte fantasía en mente y las muchas experiencias que queríamos revivir. La mayoría de las veces, como los creadores que nos precedieron, nos cruzábamos por los mismos caminos.

Por ejemplo, cuando creamos el sistema de notoriedad, queríamos una forma de disminuirlo. Para conseguirlo, queríamos algo envolvente, algo que diera vida a la ciudad y de lo que se pudiera ser testigo. Por supuesto, nos inspiramos en los juegos anteriores y, naturalmente, surgió la función de los carteles de búsqueda. Cumplía todos los requisitos que queríamos alcanzar y, además, era un bonito guiño a Assassin’s Creed II, pero lo más importante es que nos aseguramos de que sirviera para algo en Assassin’s Creed Mirage.

Lo mismo ocurre con las otras funciones que has mencionado: escondites para el bucle de fuga, escuchas para desvelar pistas en el sistema de investigación o la trampa como herramienta táctica para ejecutar tu estrategia de sigilo. El diseño de cada una de estas características es siempre novedoso y relevante para nuestros sistemas; las desarrollamos e integramos porque las necesitábamos para apoyar la visión. Y creo que este es uno de los puntos fuertes de Mirage: Los jugadores nunca encontrarán funciones o contenidos superfluos. Todo está aquí para contribuir a una experiencia o una emoción específica.

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La estructura del juego recuerda mucho a la del primer Assassin’s Creed, en el que los jugadores llevan a cabo investigaciones que conducen gradualmente a un gran y elaborado asesinato, con viajes de ida y vuelta a la Oficina entre medias. Obviamente, las investigaciones de Basim son mucho más elaboradas e intrincadas que las tareas secundarias que Altaïr realizaba en el primer juego, pero ¿cómo se decidió volver a esa estructura? ¿Cómo la enfocaron inicialmente y qué esperaban recuperar con ella?

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La estructura general del juego de Assassin’s Creed Mirage es clásica pero eficaz. Sigue el viaje de Basim: al principio se te guía mientras aprendes a convertirte en Assassin, y luego, a medida que progresas y adquieres autonomía, se te lanza a la gran ciudad, dándote la libertad de abordar tus investigaciones en el orden que creas conveniente. Después, la estructura vuelve a reducirse para el gran final.

Cuando volví a jugar al primer Assassin’s Creed justo antes de trabajar en Mirage, me encantó ver cómo la investigación era el centro de su trama. Inmediatamente vi el potencial de una fantasía así; por supuesto, en aquella época era más simple y genérica, pero otras entradas de la serie empezaron a preparar el terreno para este legado, con el seguimiento de la Orden de los Antiguos, por ejemplo. Solo tuvimos que ser un poco más radicales con nuestro enfoque, centrándolo todo en torno a un único tablero de investigación, que te ofrece incentivos y una experiencia coherente a lo largo de toda la aventura. Me alegro de que este enfoque de la investigación haya vuelto y se haya ampliado en Mirage. 

Las Oficinas son, por supuesto, algo que no podíamos pasar por alto. Forman parte de la fantasía y la tradición de las investigaciones de los Ocultos, un lugar donde los Rafiks [jefes de las Oficinas] recogen pistas, reúnen información de los informadores y se reparten los contratos de las distintas facciones aliadas. Pero los Rafiks también están ahí para ayudarte a concluir tu investigación y concederte permiso para matar con la icónica pluma de garza. Es fundamental y característica de la organización de los Ocultos.

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¿Qué sensación o dinámica de los primeros juegos de la serie querías recuperar con Mirage? ¿Qué era importante recuperar o preservar, y cómo te aseguraste de mantenerte fiel a los juegos originales sin dejar de crear algo totalmente nuevo?

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Tuvimos muchas, ¡de hecho! Por ello, construimos algunos pilares para sostenerlos, los cuales siempre estuvieron alineados con nuestras decisiones a lo largo de la producción. La filosofía de “oculto a plena vista” fue el primero de ellos, con el gran regreso de la mezcla social, la jugabilidad centrada en el sigilo y el asesinato de un solo golpe. La progresión y la maestría componían el segundo, con el foco puesto en la progresión lineal de Basim desde ladrón callejero a Maestro Asesino, reminiscencia de Ezio y también de Altaïr, degradado al principio del primer juego. Esta idea de ascender en la Hermandad era importante para nosotros, dotándote de herramientas mortales y nuevas habilidades.

La ciudad inmersiva fue la tercera, con el escenario urbano de la ciudad redonda de Bagdad. Sobre una densa multitud, creamos sistemas inmersivos como el sistema de notoriedad para que entendieras la ciudad como nunca. El parkour también es algo que Bagdad trae casi de serie, gracias a sus tejados planos y su arquitectura, cosa que reforzamos con el equipo de diseño de niveles añadiendo “autopistas” para ayudarte a cruzar la ciudad con rapidez y eficacia.

La última consistía en develar misterios a medida que recoges pistas para descubrir a tu próximo objetivo. Siempre acabarás en una misión asesina de la Caja Negra, que te permitirá aprovechar varias oportunidades para expresar tu creatividad. Nunca dudamos en inspirarnos en los juegos originales. Seguimos nuestros instintos y nuestro corazón, y ahora les toca a los jugadores decidir si lo logramos o no.

Assassin’s Creed Mirage ya está a la venta en Xbox One y Xbox Series X|S (Argentina, Chile, Colombia, México), y su Edición Deluxe también se incluye el Día 1 con el servicio de suscripción Ubisoft+ en Xbox. Prepárate para lucir tus Hidden Blades y descubrir qué se esconde bajo la vibrante superficie de Bagdad.